Cartografía personal

Cartografía personal.

Cada espacio que habitamos se vuelve una parte de nosotros para bien o para mal que puedan llegar a estar estos sitios. Es en este punto donde doy inicio a mi cartografía, en la reflexión del espacio habitado y en la inquietante necesidad de tenerlo que nombrar, identificar y designar.

El momento mismo en el que comenzamos a vivir iniciamos el proceso de habitar un espacio. Durante toda mi vida han sido pocos los sitios donde he vivido cada uno con una ubicación especifica: Sur 28 San Agustín Ecatepec de Morelos, Estado de México, México; mi segundo hogar, San Luis Potosí, Tres de Mayo, Morelos, México y mi hogar actual en México Acacias Lomas de la Pradera, Morelos y el lugar con el que coexisto durante este momento Explorador Andrés No. 36 Pta.5 C.P. 46022 Valencia, España.

Si bien han sido espacios distintos en los que he habitado, hay un elemento en común en estos 4 lugares, un espacio que sólo sirve para transitar pero que sin su existencia no hay manera de llegar a la habitación: la escalera. Mi cartografía toma este elemento como símbolo de transito en los espacios, una
ruta a seguir, un recorrido que siempre traza en la cartografía de mi camino, su peculiaridad de transito no le permite tener una característica propia del espacio, la habitación, la cocina y el baño tienen un papel más importante en la morada pero la escalera sirve en mi cartografía como punto de anclaje en
lugares habitados.

    Escaleras

    No pensamos demasiado en las escaleras.
    Lo más bonito de las casas antiguas eran las
    escaleras. Y son lo más feo, lo más frío, lo más
    hostil, lo más mezquino de los edificios de hoy en
    día.
    Deberíamos aprender a vivir mucho más en las
    escaleras. Pero ¿cómo?

    George Perec.

    La escalera deja de ser parte de nuestro conciente y se vuelve en el punto de encuentro con nuestro inconciente, delimita nuestro espacio y sirve de puente entre el exterior y el interior, es por ello que la escalera se transforma en un umbral en el que por un instante dejamos de existir en la realidad y nos trasladamos a otra realidad contenida, donde nuestros pensamientos se encuentran con si mismos y el deseo de acabar ese camino se vuelve parte fundamental de vivirlo.

    Al trasladarse de una ciudad a otra podemos ver distintos comportamientos en el entorno, por lo que muchas veces uno llega a sorprenderse con las similitudes y diferencias que pueda encontrar en un sitio nuevo